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KARATE

Un Camino de Disciplina y Coraje

karatedo

🔷 El Karate no es sólo un arte de combate; es una forma de vida.

🔷 El Karate comienza y termina con cortesía. *Gichin Funakoshi*

🔷 Golpear sin odio, resistir sin miedo, vivir con honor. *Espíritu del Karate Tradicional*

🔷 No hay primer ataque en Karate. *Gichin Funakoshi*

🔷 Cuando el espíritu está sereno, el cuerpo se mueve como el agua.

🔷 El objetivo del Karate no es vencer al otro, sino superarse a uno mismo cada día.

🔷 Dojo: un lugar donde se templa el cuerpo, se calma la mente y se forja el carácter.

🔷 Un cinturón negro no es el final, es el comienzo de un camino más profundo.

🔷 La práctica diaria es el verdadero combate.

正観道場

-NUESTRO LINAJE-
"MAESTROS QUE DEJAN HUELLA"

NAKAYAMA
Nakayama Masatoshi
Enoeda Keinosuke
Ueki Masaaki
Osaka Yoshiharu
Naka Tatsuya
Kobayashi Kunio

Este linaje no es solo una lista de nombres:
es una herencia viva que transmitimos con respeto en cada clase.

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Breve Historia (Orígenes y Desarrollo)

El desarrollo reciente de nuestro arte se centra en la isla de Okinawa, entre Japón y China, un Arte Marcial hijo de múltiples herencias. Al ser prohibidas las armas a través de un edicto, los habitantes de la isla crearon un estilo de lucha usando las armas naturales de su cuerpo, partiendo de otras formas combativas que ya existían, llegando a constituir lo que hoy se conoce por Karate-Do.
Aunque existen manuscritos bibliográficos históricos, si queremos hacer un estudio exhaustivo de los orígenes del Karate-Do, tendremos que fundamentarnos también en la leyenda al encontrarnos con periodos no documentados.
El origen se ubica en la India, hace 5.000 años, donde se desarrolló un sistema de defensa sin armas, partiendo de la observación de los  movimientos de los animales y su forma natural de defensa. Puestas en practica estas técnicas, se fueron descubriendo sus efectos y a la vez los puntos mortales y vulnerables del ser humano.
 
Bodhidarma hijo del Rey Hindú Shuganda
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La evolución continuó en China dónde se vino a desarrollar un sistema llamado Chuan-Fa (Año 500 a.C.), practicado por los monjes y la aristocracia. El monje budista Bodhidarma, procedente de la India e introductor en china del Budismo Zen, se estableció en el monasterio de Shaolin (en lengua China se pronuncia Shorinji). Su doctrina se basaba en la práctica de sistemas para el endurecimiento del cuerpo, ejercicios de respiración y la meditación.
 
La isla de Okinawa al encontrarse situada entre China y Japón y haber estado dominada por la ocupación de ambos, fue el lugar de encuentro y fusión de las dos culturas, redundando en su enriquecimiento.
Sobre el año 600 se considera que fue cuando el Chuan-Fa entró desde China a Japón. Existen relatos  que narran los contactos comerciales y culturales entre Okinawa y China en esa época.
 
Tras la unificación de Okinawa en un sólo reino en 1429, fue promulgada una ley que prohibía el uso y tenencia de todo tipo de armas, en evitación de sublevaciones, de esta manera el pueblo Okinawense se dedicó de lleno al desarrollo de las artes marciales, fundamentalmente el To-Te (Mano China), Chuan-Fa (Kung-Fú) y  métodos de lucha autóctonos, así como la utilización de herramientas tradicionales de labranza como armas, significando esto a su vez el nacimiento del Kobudo.
 
Funakoshi Gichin padre del Karate-Do 
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dojokun

Dojo Kun

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Los 5 Principios Éticos del Karate

estrellas

一つ – 人格完成に努める事
🔹 HITOTSU – JINKAKU KANSEI NI TSUTOMURU KOTO

«Intentar la perfección del carácter.»

 

一つ – 真理の道を守る事
🔹 HITOTSU – MAKOTO NO MICHI O MAMORU KOTO

«Buscar siempre la verdad.»

 

一つ – 努力の精神を養う事
🔹 HITOTSU – DORYOKU NO SEISHIN O YASHINAU KOTO

 «Cultivar el espíritu de la perseverancia.»

 

一つ – 礼儀を尊ぶ事
🔹 HITOTSU – REIGI O OMONZURU KOTO

«Respetar a los demás.»

 

一つ – 積極の勇を制する事
🔹 HITOTSU – KEKKI NO YU O IMASHIMURU KOTO

 «Controlar los impulsos.»

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Gichin Funakoshi20 preceptos del Karate

Los 20 Preceptos del Karate-do

*Por Gichin Funakoshi*

🔸 El Karate comienza y termina con cortesía.

🔸 En Karate no existe actitud ofensiva.

🔸 El Karate está del lado de la justicia.

🔸 Conócete a ti mismo primero, luego a los demás.

🔸 El espíritu es más importante que la técnica.

🔸 Libera tu mente.

🔸 La torpeza es el resultado de la impaciencia.

🔸 No pienses que el Karate solo se practica en el dojo.

🔸 La práctica del Karate es para toda la vida.

🔸 Aplica el Karate a todas las cosas. Ahí está su belleza.

🔸 El Karate es como el agua caliente: si no la calientas constantemente, se enfría.

🔸 No pienses en ganar; piensa en no perder.

🔸 Modifica tu postura según el adversario.

🔸 El resultado depende de cómo manejas el vacío y la plenitud.

🔸 Considera manos y pies como espadas.

🔸 Cuando salgas de casa, piensa que tienes mil enemigos esperándote.

🔸 El principiante necesita formalidad; el avanzado actúa naturalmente.

🔸 No seas preso de tus hábitos.

🔸 El Karate es como un espejo: refleja tu interior.

🔸 En la vida, el Karate es un camino.

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KARATE "DO"

KARATE "JUTSU"

En esencia, la diferencia entre Karate‑Dō y Karate‑Jutsu, radica más en el enfoque, la finalidad y la filosofía detrás de la práctica, que en las técnicas concretas.

1. Definición de los términos:

Karate‑dō (空手道)
“El camino de la mano vacía”.
Subraya el aspecto filosófico y formativo: el desarrollo del carácter, la disciplina, el autocontrol y la armonía entre cuerpo y mente.
Considera el karate como una Vía de vida (similar a otras artes marciales que acaban en “dō”, p. ej. jūdō, kendō, aikidō).

Karate‑Jutsu (空手術)
“El arte/técnica de la mano vacía”.
Pone el énfasis en la eficacia combativa pura: aplicación práctica de golpes, bloqueos y proyecciones para la defensa personal o el combate real.
Está más cerca de la tradición marcial originaria, donde prima el resultado técnico sobre la dimensión ética o espiritual.


2. Orígenes históricos:

A principios del siglo XX, maestros como Gichin Funakoshi introdujeron el karate en Japón y optaron por la terminación “Dō” para enfatizar su filosofía de superación personal.
Otros linajes (especialmente en Okinawa o escuelas más centradas en la defensa) han mantenido el término “Jutsu” para destacar el componente marcial práctico y su herencia de katas orientados al combate.


3. Enfoque de entrenamiento:

KARATE DO:

Objetivo principal:
Crecimiento personal, autocontrol, respeto.

Práctica de katas:
Enfatiza la forma, la respiración, la intención interna (ki).

Kumite (combate):
Controlado, con reglas y protecciones.

Valores y ética:
Fuerte componente moral: respeto, humildad, cortesía.

Graduaciones y exámenes:
Exámenes técnicos y teóricos sobre historia y filosofía.

KARATE JUTSU:

Objetivo principal:
Dominio técnico, neutralizar amenazas.

Práctica de katas:
Estudio del bunkai realista: cómo aplicar cada movimiento en combate.

Kumite (combate):
Libre o con contacto pleno; simulaciones de escenarios reales.

Valores y ética:
Ética pragmática: legalidad y proporcionalidad de la defensa.

Graduaciones y exámenes:
Exámenes centrados en la eficacia de las técnicas bajo presión.

4. ¿Son estilos diferentes?:

No necesariamente. Muchos Dojos modernos combinan ambos enfoques:
Practican katas con su vertiente filosófica.
 Analizan bunkais avanzados para ver “el Jutsu” práctico. 
La diferencia suele venir marcada por el énfasis que ponga el Instructor o la Organización: si predomina la competición y el desarrollo personal (“Dō”) o si se buscan aplicaciones de defensa más crudas (“Jutsu”).

Conclusión:

Aunque las técnicas básicas suelen ser las mismas (golpes de puño, bloqueos, patadas, posturas), Karate‑Dō y Karate‑Jutsu representan dos caras de una misma moneda:
(«Dō»): el “Camino” de crecimiento interior,
(«Jutsu»): el “Arte” de la eficacia marcial .

En SEIKAN DOJO 正観道場, seguimos la Vía del («Dō») sin dejar atrás la eficacia del («Jutsu»).

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Artículo extenso sobre:

Karate-Do Shotokan y el Maestro Funakoshi

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LA HISTORIA DEL KARATE SHOTOKAN Y DEL MAESTRO FUNAKOSHI

    La historia oficial de Shotokan comienza el 1 de abril de 1922 cuando el Maestro Gichin Funakoshi comienza su primera clase en «La Escuela Normal Superior para Hombres» en Tokyo.

    El Maestro Funakoshi tenía 53 años en ese momento, una edad en la cual la mayoría estaría pensando en en una jubilación inminente  y no en comenzar una carrera como instructor de Karate en una tierra extranjera.

    Como muchos ya saben, el joven Funakoshi salía de colegio para luego ir a entrenar con el Maestro Yasutsune Azato. En esos tiempos Azato era un devoto seguidor de la escuela Wang Yang Ming de Confusianismo, por lo que las lecciones eran por igual mentales como físicas. Fue también gracias a Azato que Funakoshi pasó su examen para profesor en 1888.

    Azato presentó a Funakoshi a Yasutsune Itosu, con quien continuó su entrenamiento hasta su muerte en 1915. Fue Itosu el que le entregó a Funakoshi sus conocimientos sobre kata.

    Debido a la prohibición de armas en los 400 años anteriores con la invasión japonesa que le prohibió a la población portar armas y entrenar en la lucha, sólo en 1891 pudo Gichin Funakoshi enseñarle su karate en forma más oficial a sus alumnos en una escuela propia.

    El siguiente avance se presentó 10 años después cuando se decide que la enseñanza del karate formará parte de la enseñanza escolar en algunas partes de Okinawa. Esto sucedió luego de una demostración de Funakoshi y otros karatekas que eran alumnos de Itosu.

    El interés por karate aumentó fuertemente en Okinawa y los maestros más activos viajaban en la isla realizando demostraciones de Karate a miles de interesados.

    Funakoshi actuaba en ese entonces como orador mientras que otros maestros realizaban sus demostraciones. De vez en cuando realizaba también su Kata favorito, Kushanku. A pesar de todo, el Karate era un fenómeno conocido principalmente en Okinawa, la fama crecía e historias se colaban a las Islas principales, sobre como podían romper ladrillos de un golpe, saltar alto en el aire, etc.

    Como resultado de esto se le pidió al Maestro Funakoshi, en 1917, que realizara una exhibición en Japón, en el Butoku-Den en Kyoto. Esto a pedido del Ministerio de Educación y parcialmente porque era el director del Shobukai (La Sociedad Okinawense de Promoción del Espíritu Marcial). Funakoshi estaba entre los pocos que tenía manejo del japonés hablado y escrito. La exhibición tuvo un leve interés y Funakoshi volvió a su isla nuevamente.

    El 6 de marzo de 1921 se realiza una exhibición para el joven príncipe heredero Hirohito, en uno de sus viajes de Japón a Europa, como parte del programa para entretener al Príncipe, ésto en el Castillo de Shuri. Los alumnos de Funakoshi realizaron Kata en grupo y el Gran Maestro realizó su kata, kushanku.

    El Príncipe Heredero quedó muy impresionado y habló mucho sobre esa exhibición.

    La delegación real llegó luego a la capital y pronto llegó una invitación oficial para realizar una exhibición en la Primera Gala Gimnástica Nacional en Tokyo. Con su conocimiento del Karate y en el idioma y etiqueta japonesa, Funakoshi era claramente el mejor preparado para esa tarea.

    Esta vez la exhibición resultó un éxito y se le pidió a Funakoshi que se quedara algunas semanas para realizar exhibiciones.

    Fue un gran honor para Funakoshi mostrarle Karate al fundador del Judo, Jigoro Kano. El viejo Maestro se impresionó y convenció a Funakoshi que le enseñara algunas cosas básicas sobre karate. Funakoshi volvió varias veces al Kodokan, ahí, junto con Kano, crearon un Kata: Kime-No Kata.

    Con la ayuda de este poderoso y generoso hombre, Funakoshi pudo conseguir la ayuda que necesitaba para lograr que el karate creciera y se desarrollara.

    Funakoshi era el Karateka más experimentado y tenia el grado más alto en Okinawa, y sus conocimientos y su imagen intelectual logró que el Karate fuese reconocido entre las clases altas de Japón. Otros Maestros de Karate Okinawenses eran considerados como campesinos mal educados que no sabían ni hablar japonés no conocían las costumbres ni tenían los comportamientos adecuados. Al pasar el tiempo esto se transformó en una fuente de amargura y desencuentro entre Funakoshi y todos los otros de Okinawa. Y fue finalmente una de las razones por la que se generó la ruptura posterior.

Los Años Dorados (1922-1946)

    El Diario Tokyo Nichinichi imprime un artículo sobre Karate bajo el título: «Karate- el arte marcial misterioso…». Fue un artículo extrañamente sensacionalista que contaba sobre el poder de un karateka de destrozar órganos internos sin que se viera una marca en el cuerpo. En el artículo se citaba a Funakoshi, que decía: «El objetivo más importante en karate es la defensa. Tomar la iniciativa ha sido por mucho tiempo prohibido y en karate decimos que no existe el primer ataque (golpe). Este arte de combate existe para cultivar un alma gentil, y no debe ser mal utilizado en una situación de combate. Además no se necesita ningún arma. Pienso que el karate es el arte de combate más práctico y civilizado. Además el karate es efectivo para entrenar su cuerpo, ya que sus miembros son ejercitados de una manera coordinada. Mi opinión es que no existe duda que le ayudará a vivir una larga y sana vida.»

    Sorprendentemente el karate impresionó profundamente a los intelectuales. Funakoshi «el pequeño profesor» era alguien con el cual uno podía simpatizar. Al contrario, se consideraban a la mayoría de las artes marciales japonesas y sus practicantes con bastante desprecio, pues eran considerados por las clases altas educadas, como un vestigio de la     Edad Medieval japonesa.

    En este periodo se consideraba todo fenómeno extranjero, como algo para estudiar y desarrollar para el bien de la nación.

    A pesar de todo, Japón había estado separado de todo lo externo, hasta los 60’s cuando los norteamericanos bajo el Comandante Perry, más o menos obligaron a que se abrieran al exterior. Este shock cultural tuvo, y tiene todavía, influencia sobre los intelectuales. Se dice a menudo que Japón tiene una pequeña elite educada, que vive en el siglo XXI, mientras que el resto de la población pertenece al siglo XIV.

    El Karate encajaba muy bien en esta mezcla de nuevas ideas, además era también un arte extranjero, que al igual que la ética confusiana de Funakoshi, atrajo un enorme interés.

    Esta fue una forma o una razón por la cual los intelectuales podían entrenar un deporte de combate sin exponerse al riesgo de tener que mezclarse con personas de las clases más bajas.

    Para satisfacer esta necesidad Funakoshi estableció sus primeras clases regulares en el «Tabata Poplar Club», que en realidad era un club social donde los nuevos intelectuales educados se reunían. A pesar del interés, esta clase social no tenía ni la capacidad física ni la disciplina suficiente para entrenar en forma seria. Funakoshi se vio obligado a mudar sus clases a un Dormitorio para alumnos en el área Suidobata en Tokyo. Fue aquí donde estableció su primer verdadero club de karate, en el año 1922.

    Este periodo en la vida de Funakoshi debe haber sido el más duro. Los pocos estudiantes que tenía eran en su mayoría hijos de okinawenses pobres, que apenas tenían para subsistir y mucho menos para pagar clases de Karate. Por ello Funakoshi se vio obligado a trabajar como cuidador en Mesei Juku, ahí ordenaba las piezas, cortaba el pasto y hacia de jardinero. Por las tardes enseñaba Karate en el comedor del edificio.

    Seguramente la historia del Karate podría fácilmente haber terminado ahí si no hubiese sido por Hoan Kosugi, un artista que anteriormente había ayudado a Funakoshi en el Tabata Poplar Club. El convenció a Funakoshi para que editara un libro, del cual él le diseñaría la portada.

    En ella puso el Tigre del Maestro Funakoshi. Kosugi se inspiró en el dicho japonés «Tora no maki», que en japonés es una frase que describe a un documento oficial y establecido como referencia sobre un sistema. El libro de Funakoshi, «Ryukyu Kempo:
Tode», se editó en Bukyo-Sho en 1922 e incluía una serie de prólogos escritos por algunos de los personajes más famosos de Japón y Okinawa, el Almirante Yushiro, Príncipe Hisama, Príncipe Goto, Profesor Tonno, el periodista Sueyoshi del Okinawa Times, entre otros.  

    Comparado con libros de instrucción modernos, estaba mal ilustrado y con fallos pedagógicos, pero dejó bien en claro, además de darle credibilidad, al Karate como arte marcial serio en Japón.

    Al finalizar el libro hay una lista de Kata que Funakoshi recomendaba, los cuales son:

Pinan 1- 3, Naihanchi 1- 3,
Passai Dai y Sho, Kushanku Dai y Sho,
Jion, Jutte, Chinte, Gojushiho, Chinto,
Seishan, Sochin, Rahai, Kokan, Wanshu,
Wandan, Jumu, Wando, Niseshi,
Suparinpei y Sanseryu.

Los dos últimos nombrados son kata Naha-te.

    El libro fue exitoso desde la primera edición pero las placas de impresión se perdieron en el Gran terremoto Kanto del 1deg. de septiembre de 1923 y no se reimprimió hasta 1926 y para entonces con el nombre «Rentan Goshin Karate-Jutsu».

    Su libro generó bastante interés entre los principales practicantes de artes marciales en ese momento. Uno de los primeros en visitar Mesei Juku fue Honori Ohtsuka, que posteriormente fundaría el estilo Wado-ryu. Ohtsuka era ya experto líder en Ju-jutsu, habiendo recibido su instrucción del Maestro Tatsusaburo Nakayama, instructor jefe el sistema Shindo Yoshin. Este sistema era único dentro del ju-jutsu pues colocaba mucho énfasis a Atemi (golpear o apretar puntos vitales) más que bloquear o tirar.

    El origen de este estilo puede rastrearse a un monje chino cuyo nombre fue Chin Genpin, entre otras cosas conocido por haber introducido el estilo Kempo en Japón en el 1600. A pesar de su origen, el sistema de Ohtsuka impresionó mucho al Maestro Funakoshi que apenas podía creer que Ohtsuka no hubiese entrenado Karate.

    Después de que Ohtsuka había aprendido los detalles, movimientos básicos y kata, Funakoshi lo utilizó como asistente y delegó mucha de la instrucción a este joven hombre.

    Aproximadamente en ese mismo momento comenzó a entrenar un joven kendoka, Yusuhiro Konishi. Éste posteriormente comenzaría su propio sistema, Shindo Shizen Ryu, que aparentemente en la técnica y objetivos sería el que estaría más cercano al Karate que originalmente entrenaba el Maestro Funakoshi.

    El Gran Terremoto resultó ser una catástrofe para el Maestro Funakoshi. No sólo destruyó Meiji Juku sino que más importantemente, muchos de sus alumnos desaparecieron. Su trabajo como cuidador ya no existía y se vio obligado a tomar un trabajo en el Banco Dachi Sogo, en el sector Kyubashi, en Tokyo.

    Konishi conversó con el gran Maestro de Kendo, Hakudo Nakayama, para que le permitiese utilizar su dojo para entrenamientos de Karate. Nakayama era el creador del Iaido moderno (arte de desenvainar y cortar con la espada) y que el le haya permitido a un pequeño profesor de escuela okinawense utilizar su dojo, fue un bello gesto. Cómo el Maestro Funakoshi mantuvo su entereza de cuerpo y alma en su situación tan precaria, con un bajísimo ingreso, es realmente incomprensible.

    Pero, aún con 56 años de edad, participó y clasificó para el «Tokyo Invitational Prize», una competencia para gimnastas. Debido a esto se le dio la oportunidad de realizar una exhibición en la sala Jinchin en Ueno, Tokyo en 1924. El saberse de su participación a una edad tan avanzada funcionó como un atractivo y gradualmente aumentó el número de practicantes que entrenaban con él.

    Luego sucedió algo que llegó a afectar el desarrollo del Karate en Japón y en todo el mundo hasta hoy en día. Al finalizar 1924 se le pidió al Maestro Funakoshi, por intermedio del profesor Shinyo Kasuga, de la sección de Alemán de la Universidad de Keio, si podía instruir a un pequeño grupo de estudiantes en Keio. El Maestro Funakoshi aceptó de buena gana la invitación, con el completo apoyo de los líderes de la Universidad. Este fue el primer club universitario de Karate en Tokyo y existe hasta nuestros días.

    Posteriormente se desarrolló la idea de los clubes universitarios de karate, así en pocos años se incluyeron Waseda, Hosei, Chuo, Takushoku, Nihon, etc. La famosa Universidad de Tokyo tuvo a Ohtsuka como instructor y actualmente son los principales practicantes del sistema Wado-ryu. Existen hoy en día más de 300 clubes que están vinculados a las distintas escuelas en Japón.

    Finalmente fueron estos clubes los que generaron la columna vertebral del Karate Japonés y tuvieron gran importancia en la expansión posterior del Karate. Aunque los clubes universitarios comenzaron también a observar al Karate con una nueva visión, la analítica.

    A comienzos de 1928 comenzaron a llegar a las islas principales de Japón otros maestros okinawenses. El primero y el de mayor influencia fue Kenwa Mabuni.

    Mabuni había estudiado el sistema Naha-te (sistema Goju moderno) bajo el Maestro Higaonna y el estilo Shuri-te bajo el Maestro Ankoh Itosu. Mabuni recibió ayuda de Konishi (quien ya había ayudado a Funakoshi en 1922) y Mabuni vivió con él los primeros 10 meses en Japón.

    Fue en ese periodo en que Honin Ohtsuka comenzó su entrenamiento con Mabuni. Posiblemente surgió algún conflicto pues Konishi se consideraba un traidor ya que entrenaba con otro maestro.

    Era claro que existían diferencias entre los métodos de Funakoshi y Mabuni. La situación cambió cuando Mabuni se mudó a otra ciudad, la segunda ciudad de Japón, Osaka. Esta área es actualmente importante para el estilo de Mabuni, el Shito-ryu. Posiblemente se mudó para evitar la competencia de Funakoshi, aunque la historia cuenta que fue debido al gran respeto que le tenía al Maestro Funakoshi.

    Otro maestro que llegó a Japón en esos tiempos fue Choki Motobu. Este era ya un personaje legendario en Okinawa pero desconocido en Japón. Uno de sus logros cuando llegó a Japón fue vencer a un famoso boxeador en Kyoto. Motobu era un karateka impetuoso que estaba más a gusto en las calles y mercados que en un dojo.

    Motobu detestaba al «pequeño profesor» que había logrado tanto respeto y se vio indignado más aún cuando el periódico Kingu imprimió un artículo sobre su victoria ante el boxeador pero incluyó una foto de Funakoshi en vez de la suya. Aunque no se podía culpar a Funakoshi por aquello, a Motobu le disgustaba Funakoshi y su reunión con él fue, por lo menos, fría. En esos momentos entrenaba Konishi y Ohtsuka de vez en cuando con Motobu, a pesar de la preocupación de Funakoshi. Es posible que ya hubiesen decidido ir sus propios rumbos ya en 1928-29.

     Lo que realmente creo un cambio en la situación fue la llegada del tercer hijo del Maestro Funakoshi, Yoshitaka Funakoshi (también conocido como Gigo). Yoshitaka fue posteriormente considerado por muchos como el mejor de los practicantes de Karate, por lo menos física y técnicamente.

    Yoshitaka Funakoshi era una persona completamente distinta a su padre. Después de su llegada a Japón se hizo cargo gradualmente de las clases de su padre, especialmente en las Universidades. Esto indignó, principalmente, a Ohtsuka que había sido asistente del Maestro Funakoshi en los primeros tiempos.

    La naturaleza agresiva y fuerte del Karate de Yoshitaka le era completamente desconocidos para Ohtsuka y finalemente dejó la escuela Shoto con un grupo de alumnos y formó su propio sistema que llamó Wado-ryu, «La Vía Armónica». De esa manera trató de destacar el contraste entre su método y el de Yoshitaka.

    Konishi también se separó, aunque nunca estuvo tan vinculado con Funakoshi. Quedaron con buenas relaciones, aunque ya no eran compatibles como para compartir el mismo sistema.

    Bajo el liderazgo de Yoshitaka se gestaron grandes cambios entre los años 1930 y 1935. Estos cambios fueron principalmente en Kumite (combate). Mientras que su padre había colocado un mayor énfasis sobre kata, Yoshitaka se encargó de desarrollar el combate libre. Primeramente desarrolló el Gohon Kumite, combate a cinco pasos, donde el atacante realiza cinco ataques seguidos en avance y el defensor los bloquea retrocediendo con un contrataque en la última defensa. Éste método es común en Kendo y no hay duda de que Yoshitaka, que estudió Kendo, lo utilizó como inspiración para muchas de sus ideas.

    En 1933 estructura el Kihon Ippon Kumite o combate a una técnica, el año siguiente Jiu Ippon Kumite, igual que el anterior pero en movimiento, terminando con el Jiu Kumite, el combate libre, establecido en 1935.

    A través de sus estudios del combate, el joven Funakoshi trabajó sobre el sistema incompleto Shuri-te de su padre.

    En un comienzo Gichin Funakoshi enseñaba el mismo sistema que había aprendido de Itosu, uno de sus instructores, utilizando posiciones altas y técnicas de patada bajas.

    Este método era principalmente un sistema de autodefensa, donde una persona entrenada se defendía de una no entrenada. Si ambos combatientes sabían el arte, otros factores entraban en juego como la flexibilidad, velocidad y fuerza.

Yoshitaka juntó a un grupo de estudiantes para entrenar con ellos y se lanzaron completamente entregados al desarrollo del Karate.

Personas destacadas en ese grupo eran: Shigeru Egami, Genshin Hironishi y Takashi Shimoda.

Al final de cinco años habían modificado completamente la estructura del Karate. Era un nuevo y muy dinámico Karate, una revolución.

    En 1936, Gichin Funakoshi publicó un nuevo libro, en el cual por primera vez incluyó el desarrollo que Yoshitaka había aportado. El libro se llamó «Karate-do Kyohan». Entregaba los métodos básicos de combate y además las modificaciones en los Kata. Quedó claro que era un sistema de Karate Japonés completamente nuevo que llegó a obtener el mismo respeto que el Judo, Kendo y otras Artes Japonesas. Se había, por lo tanto, superado el legado Okinawense y completado un sistema japonés renovado. Como broche de oro, Gichin Funakoshi utilizó un nuevo ideograma para escribir la parte «kara» de Karate. El antiguo ideograma kara podía leerse como «Tang», en directa referencia a la dinastía China de ese mismo nombre. Desde el día de la publicación, la antigua denominación: «Técnica de manos China» se modificó a: «La vía de las manos vacías», como se le conoce hoy [aunque involucra mayor profundidad que eso].

    En ese momento se decidió que se necesitaba un Dojo Central (Hombu Dojo). Se formó un comité [Shotokai] para establecer un fondo para construir lo que resultaría ser el mayor Dojo de Karate del mundo. El trabajo comenzó a mediados de 1935 y al año siguiente estaba terminada la construcción del edificio en Zoshigaya Toshima, en Tokyo.

    Gichin Funakoshi inauguró personalmente el Dojo, el 29 de enero de 1936. Tenía 69 años de edad. Sobre el portal de entrada colgaba un letrero que decía Shotokan (el edificio de Shoto). Después de un entrenamiento ceremonial, comenzaron los entrenamientos oficiales al día siguiente bajo la dirección de Yoshitaka.

    Japón estaba al borde de una guerra mundial y los militares tenían control completo del gobierno. El patriotismo era la palabra del día y los jóvenes por los miles llegaban a aprender el nuevo arte de combate, el karate-do.

    Entre los años 1939-1942 fue la llamada «Era Dorada del Karate-do». «Sin límites» era el lema del día y se desarrolló un sistema de combate llamado «Kokan-geiko», en el cual los participantes se golpeaban con brazos y piernas con todas sus fuerzas. Los seniors interrumpían los combates cuando las cosas se veían verdaderamente peligrosas. Un ojo morado o un brazo roto no eran inusuales. La frase «baño de sangre» no llegaba a describir completamente las heridas que resultaban. El grupo alrededor de Yoshitaka se estimulaba a entrenar sin restricciones en su búsqueda de la perfección.

     Yoshitaka y Gichin Funakoshi publicaron un nuevo libro en diciembre de 1943, Karate-do Nyumon. Este en su inicio fue aparentemente el libro más completo que se había escrito sobre el karate del Maestro Funakoshi. Todas las descripciones técnicas fueron escritas por Yoshitaka, mientras que Gichin Funakoshi escribió las historias y los capítulos iniciales.

    Claramente una obra maestra, este libro tenía un tono completamente distinto. Ya no estaban las ideas confusas, el realismo y el conocimiento técnico eran claramente superiores a los antiguos libros.

    En 1941 Japón entra a la Guerra, Yoshitaka se ve afectado fuertemente por la tuberculosis que se le había diagnosticado cuando niño, pero continuó sus entrenamientos, a pesar de los violentos y sangrientos ataques de tos. Muchos de los alumnos más antiguos se fueron a la Guerra y no volvieron más. La tragedia final fue la destrucción del Dojo Shotokan en los bombardeos de Tokyo. Luego, al final de la Guerra, en 1945, Yoshitaka murió.

    El general McArthur prohibió el entrenamiento de karate y todas las otras artes marciales japonesas, y aunque algún entrenamiento se realizó a escondidas, el desarrollo del karate paró. Se utilizó el Dojo de la Butokukai (Asociación de Artes Marciales) en Kyoto como oficinas para el 6deg. Ejercito Norteamericano.

    En los últimos días de la Guerra, el Maestro Funakoshi se había mudado desde Tokyo a Oita, al sur de Kyushu, junto con su esposa [que había sido deportada de Okinawa]. De esta manera evitaron los bombardeos de Tokyo.

LA VIDA DESPUÉS DE LA GUERRA

    Nuevamente Funakoshi y su esposa vivieron una vida tranquila juntos hasta la muerte de su esposa, en Noviembre de 1947. Uno sólo puede especular sobre la relación que tuvo Funakoshi con su esposa.

    Ella había criado sola a sus hijos y además tomado responsabilidad de los padres de ambos, cuando llegaron a la ancianidad, mientras Funakoshi vivía en Japón.

    Se hace referencia también a deudas que Funakoshi tenía en Okinawa, deudas que no le era posible pagar y que esta fue la razón por la cual no quería volver a casa, pero ante estas acusaciones no existen pruebas que las corrobore y las transforme en más que meras especulaciones malintencionadas.

    Está muy claro que su esposa podría haber entregado una imagen muy distinta sobre este «pequeño gran hombre».

MUCHAS TRAGEDIAS

    La tragedia había golpeado fuerte al maestro Funakoshi. Había perdido a su esposa, su tercer hijo Yoshitaka y su Dojo Shotokan. Debe haber sido muy entristecedor y desmoralizante para este hombre que vivía en Oita.

    Uno de sus otros hijos supo sobre el dilema de su padre y le escribió pidiéndole que volviera a Tokyo. Funakoshi pensó un poco sobre el ofrecimiento de su hijo y finalmente decidió ir. Tan pronto como consiguió dinero suficiente para el pasaje de tren, empacó las pocas pertenencias que le quedaban y se encaminó a la capital.

    Su hijo contactó a todos los antiguos alumnos del Maestro para que le dieran la bienvenida. En cada parada que realizó el tren lo esperaban en pequeños grupos para saludarlo y darle la bienvenida. Esto le levantó el ánimo, cuando finalmente llegó a la capital, estaba lleno de un nuevo optimismo.

DOS CAPAS EN EL KARATE

    Los alumnos de Gichin Funakoshi volvieron uno tras otro a Tokyo.

    Los sempais (alumnos más antiguos) podían dividirse en dos grupos: el primero había entrenado con Gichin Funakoshi entre los años 1922 y 1937. Y los otros que habían entrenado con Yoshitaka Funakoshi en el Dojo Shotokan desde 1938 hasta 1945.

    Los alumnos más experimentados de Funakoshi eran Isao Obata y Kishinosuke Saigo, ambos de la Universidad de Keio.

    Los alumnos principales de Yoshitaka Funakoshi eran Shigeru Egami de Waseda, Genshin Hironishi de Chuo junto con Nakayama Masatoshi y Minoru Miyata de Takushoku. Y ahora que el maestro había vuelto, volvió la energía y el entusiasmo en los alumnos más antiguos. Se comenzó a discutir cómo se iba a liberar el karate de la prohibición aliada y cómo se realizaría la reconstrucción del Dojo.

    El hombre que logró esto fue Masatoshi Nakayama. Había dejado Japón en 1937 y no volvió hasta 1946. En ese tiempo, Karate-do, bajo el liderazgo de Yoshitaka, había cambiado drásticamente de características, a un arte marcial de combate japonés muy fuerte que ya no tenía casi ningún parecido al arte de combate original de Okinawa.

    Nakayama a través de sus viajes había llegado a conocer muy bien la cultura China y gracias a esto pudo convencer al Ministro de Educación (al cual contactó a través de un amigo) para que informara a los aliados de que Karate era en realidad un deporte de boxeo chino y que difícilmente debiera ser incluida entre las otras artes marciales japonesas prohibidas.

    Los burócratas se vieron convencidos y levantaron la prohibición al Karate. de esta manera Karate fue el único arte marcial que se permitió practicar en los años después de la Guerra. Nakayama recibió el agradecimiento de todos los practicantes de Karate. De ser un karateka bastante desconocido y promedio pasó a tener una posición bastante importante en el mundo del Karate de la posguerra.

    Pero era Isao Obata, el estudiante más antiguo y más respetado que llegó a jugar un rol principal en el drama que se desarrolló posteriormente. Obata fue uno de los primeros en participar en las clases de Karate de Funakoshi y fue él quien estableció el club de Karate de Keio en 1924. Después de la muerte de Yoshitaka Funakoshi fue Obata quien seguía a Funakoshi a donde quiera que fuese a enseñar, y el único que le fue fiel a su maestro hasta el final.

KARATE UNIVERSITARIO

    Para entender lo que sucedió posteriormente es importante saber la influencia que tiene la clase social y la universidad en la sociedad japonesa.

    Aparte de la Universidad de Tokyo que era y aún es de Wado-ryu, Shotokan se entrenaba en las tres universidades más grandes: Keio, Waseda y Hosei. Los estudiantes de estas universidades conseguían las posiciones más importantes en el país, mientras que los alumnos de Takushoku (Takudai) tenían un status relativamente bajo en la sociedad japonesa.

    El nombre Takushoku significa «Escuela para el Cultivo y Colonialización». Existía, por lo tanto, un tipo de esnobismo y además diferencias en la actitud entre los estudiantes de las Universidades Tradicionales y los de Takushoku de clase más baja. Aunque los últimos eran aparentemente mejores practicantes pues les sobraba más tiempo para entrenar.

    Keio era además Universidad amiga con Cambridge y Yale, y muchos de sus estudiantes pertenecían o llegaban a pertenecer a las personas de mayor influencia en la sociedad japonesa. Isao Obata no era ninguna excepción. Era Gerente de su propia empresa, lo que implicaba bastante prestigio y riqueza que le daba una influencia única entre los karatekas de esos momentos.

SE FUNDA LA J.K.A.

    Obata unificó los antiguos clubes universitarios y los dojos privados en una sola organización, que recibió el nombre Japan Karate Association (JKA), en el año 1948.

    Gichin Funakoshi fue nombrado Primer Instructor Jefe, Isao Obata fue nombrado Director y Kichinosuke Saigo como Presidente de la Organización.

    Un comité compuesto por la mayoría de los maestros Shotokan de ese momento también se estableció, éstos eran: Obata, Noguchi, Takagi, Ito, Fukui y Nakayama.

    Los deseos de O-sensei fueron tomados en cuenta al nombrar la Organización, pues no deseaba que se utilizase el nombre «Shotokan». El siempre hablaba de «Karate Japonés» cuando hablaba del Karate que practicaba.

    Pero se echaban de menos dos nombres en el comité, que debieron haber estado en él, Shigeru Egami y Genshin Hironishi. Ambos eran seguidores del Karate-do de Gigo Funakoshi y también muy amigos de él (falleció en 1945). Estos mantuvieron estrechas relaciones con miembros de la JKA pero en realidad nunca se unieron a ella. La razón de esto se dice ser una desconfianza de ellos hacia algunas personas en la JKA. En vez fundaron oficialmente Karate-do Shotokai de Japón y desde entonces siguieron una línea bastante distinta de la del Karate deportivo JKA, no sólo en la técnica sino también en las bases filosóficas del Karate.

SE ORIGINAN LOS PROBLEMAS

    El mal contacto entre las universidades, dojos y los antiguos alumnos, generó problemas ya desde un principio.

    Diferencias en la técnica ya habían aparecido y cada pequeño grupo mantenía su propia interpretación y su propia forma de explicar los kata. Esto a pesar de que Obata había juntado a las distintas universidades en una reunión en Waseda, donde se fijó cómo cada kata debía realizarse, todo bajo la supervisión de Gichin Funakoshi.

LA USAF SE INTERESA

    En 1951 se inicia un programa de defensa personal en la Fuerza Aérea Norteamericana bajo la sección del Comando Aéreo Estratégico (SAC). Karate se enseñó bajo el liderazgo de la JKA. El SAC estaba impresionado ante este nuevo arte marcial y le pidió a la JKA que hiciera una exhibición más extensa en los EEUU.

    Este fue un gran avance y la JKA eligió a algunas personas para que formaran el grupo de exhibición. El núcleo central formado por Obata, Nishiyama y Kamata.

    Se comenzó gradualmente a infiltrar los puestos de poder en la JKA. Se hizo claro rápidamente que Gichin Funakoshi estaba muy viejo para continuar la instrucción en forma permanente. Nakayama fue nombrado por la organización como instructor activo principal, debido a que el era el que más tiempo podía dedicar a la instrucción. Hidetaka Nishiyama recibió la responsabilidad de ser asesor técnico.

    El primer paso mayor fue entretanto reemplazar a Saigo con Zentaro Kosaka. Esto fue seguido con el reemplazo del gran Obata mismo, como Director, por Masatomo Takagi. Las razones que se dieron fueron que ni Obata ni Saigo podían administrar la organización correctamente debido a sus actividades privadas, aunque los afectados se dieron cuenta de que habían sido tácticamente removidos.

SE ABRE EL PRIMER DOJO COMERCIAL

    Takagi y Nakayama se dieron cuenta de que necesitaban un tipo de oficina general. A través de algunos contactos les fue posible arrendar un local en el Katoga Bio Center, en el sector Ytsuya en Tokyo. En abril 1955 se abre el primer dojo comercial de Karate.

    Todo esto fue demasiado para la cúpula antigua. Habían sido los primeros alumnos de Funakoshi y los primeros directores de la JKA y ahora habían sido dejados de lado y se daban cuenta de que el karate estaba siendo deformado en manos de la JKA.

    Los alumnos antiguos de la Universidad de Hosei fueron los primeros en abandonar la JKA, seguidos rápidamente por los de Waseda.

    Obata tomó su reemplazo del cargo de Director con mucha tranquilidad aparentemente. Pero no sólo él sino muchos otros se daban cuenta de que habían sido manipulados por maquinaciones de los integrantes de Takushoku. Cuando se abrió el dojo comercial se retiró de la JKA por su apego a la tradición del Karate.

    De esta manera la JKA quedó formada básicamente por los integrantes del club de Karate de Takushoku, las Universidades de más prestigio junto a sus clubes dejaron de vincularse con la JKA.

    Este fue el momento histórico donde se gestó la división definitiva del Karate deportivo representado por la JKA que indebidamente comenzó a conocerse como Karate «Shotokan» y Shotokai, formado por todos los otros maestros. Hay un caso particular en la SKA, Shotokan Karate of America, una organización que si fue autorizada para usar el nombre «Shotokan» por el Maestro Funakoshi y que sigue al igual que Shotokai, fielmente la tradición del verdadero Karate-do del Maestro.

    En el año 1956 se funda oficialmente la Organización de Shoto, Shotokai, y aunque el Maestro Funakoshi visitaba regularmente a sus distintos alumnos, sin importar que línea de Karate practicaran (Karate Tradicional o Karate deportivo), sus esperanzas deben haber estado puestas en sus alumnos más fieles, Shigeru Egami, Genshin Hironishi, Isao Obata, entre otros. El Karate-do debía sobrevivir en su forma original, sin aceptar deformaciones occidentales, como lo era la competición en el Karate y el contacto pleno en el Karate, desviaciones que O-sensei nunca aceptó ni apoyó [leer entrevistas a Nakayama].

    El 26 de abril de 1957, Gichin Funakoshi, el «Padre del Karate-do», dejó de existir. Su funeral fue realizado el 10 de mayo. Un monumento en su memoria se ubica en la actualidad en el Monasterio Zen de Engaku-ji en Kamakura. Lleva la inscripción Karate ni Sente Nashi, en el Karate no existe el primer ataque.
 

    Para concluir este artículo citaremos a uno de sus alumnos directos, Tsutomu Ohshima:   – Mucha gente que lo conoció [al Maestro Funakoshi] me han hablado de su gran integridad. Esta integridad moral fue lo que lo diferenció completamente de otros karatekas. Algunas personas dicen «fue sólo pequeño» o «no era bueno para combatir»….
Esto es estúpido. En las prisiones hay infinidad de hombres que saben pelear muy bien, pero piensas que ellos son fuertes? Yo no. Son débiles y sus debilidades los han llevado a donde están en ese momento. El Maestro Funakoshi fue honesto consigo mismo. Si uno actúa de esta manera, todo movimiento cambia a largo plazo. Esa es una práctica correcta de las artes marciales. «Mentirse a sí mismo no sirve a ningún propósito.»

El Entrenamiento de Karatedo

Sería difícil determinar o justificar la práctica de una arte marcial como el Karate-do o muy fácil según para que personas, en función del tipo de motivación que a cada uno le halla llevado a iniciarse en este tipo de disciplina. Éstas pueden ser diferentes en función de la edad o de la personalidad de cada individuo, que sobre todo busca satisfacer unas necesidades concretas.

      Mi caso concreto se remonta a la edad de 17 años, cuando estudiaba bachiller y era un chico bastante «enclenque», tenía bastantes dificultades en las clases de gimnasia, pues otros chicos de mi misma edad me superaban en fuerza y envergadura, lo cual me acomplejaba bastante. Un buen día y por medio de un amigo mío, Antonio Gil Morán que ya practicaba Karate me dio por ir a ver unas clases y la impresión recibida fue muy buena con lo que decidí apuntarme a las clases. A partir de ese momento y al paso de los años mi cuerpo fue experimentando un cambio al mismo tiempo que mi mentalidad, me sentía más fuerte, más ágil, más veloz, en definitiva dentro de la inseguridad innata en el ser humano me sentía más seguro.

      ¿Quien me iba a decir a mi la primera vez que me puse un Karategui (uniforme de Karate) que en un futuro iría a dedicarme profesionalmente a la enseñanza?

    Con la práctica del Karate he mejorado cualidades como: seguridad, serenidad, paciencia, perseverancia, amabilidad, entre otros.

     Además con el paso del tiempo como profesor y como practicante he tenido la ocasión de conocer a otras muchas personas con inquietudes similares a las mías.

Pero esto no deja de ser el resumen de mi experiencia personal, por lo que a continuación paso e exponer de una forma más estructurada y científica que beneficios puede aportar el Karate-do.

 

BENEFICIOS QUE APORTA LA PRÁCTICA DEL KARATE-DO

 

Función anatómico-funcional:

Mediante el movimiento, el karateka aumenta y mejora la propia capacidad para el mismo (habilidad, posibilidades y nuevas formas de movimiento, etc).

Función higiénica y de compensación:

A través del kihon-kata y kumite, el karateka puede mejorar su estado físico y de su salud, prevenir cierto tipo de enfermedades (activación del sistema respiratorio, cardiovascular, muscular y óseo). Asimismo compensar la falta de movilidad que ocasione la vida sedentaria y la falta de espacios, causa de patologías y descompensaciones.

Función catártica:

A partir del karate, el individuo se libera de tensiones y restablece su equilibrio psíquico. Es también un medio eficaz de ocupar el tiempo de ocio.

Función hedonista:

El karate en sí mismo, como actividad física y técnica constituye una fuente de satisfacción. Además, mediante ella puede incidir sobre su propio cuerpo con miras a sentirse más identificado con la propia imagen.

Función educativa:

El desarrollo infantil puede verse favorecido tanto a nivel físico (psicomotricidad) como a nivel social (adquisición de valores).

Función utilitaria:

A través del karate-do el individuo adquiere unos conocimientos y una confianza en sus recursos que le han de servir como medio eficaz de autodefensa en situaciones irreversibles así como de vehículo de autocontrol físico y emocional.

Función agonística:

El karate facilita que el individuo puede demostrar su destreza, competir y superar dificultades como medio para afianzar su autoconcepto y de comprobar sus límite, consiguiendo a través de la autosuperación la autorealización.

Función de relación:

El karateca puede utilizar la competición como vehículo de relación con otras personas y lugares. En un primer momento (infancia), a través del juego y, posteriormente, a través de actividades deportivas, recreativas, etc.

Función de autoconocimiento:

Entendiendo los movimientos de karate como un instrumento cognitivo del karateka, tanto para conocerse a sí mismo y por extensión a los demás.

Función de autorealización:

A través del karate, encontrar en el desarrollo de aquellas actitudes que le son características, una forma de vida que le guíe en el camino hacia su autorealización.

 

OBJETIVOS GENERALES DEL KARATE

FISICOS – TAI

El karate se basa fundamentalmente y desde el punto de vista técnico en el movimiento, más concretamente en el control del mismo. Kihon, kata y kumite lo utilizan como vehículo a través del cual conseguir sus objetivos.

Aptitudes para la acción

Logrando el desarrollo de las capacidades físicas y habilidades capacitando al individuo para la tareas habituales de la vida, así como para la autodefensa.

Cuerpo sano y equilibrado

Logrando un valor higiénico del Karate, contrarrestando el deterioro que de la persona hace la sociedad actual (colesterol, estrés, sedentarismo, ansiedad, hipertensión, etc).

           – Regulación de factores del ejercicio – Volumen, frecuencia, intensidad, recuperación

           – Mejora de los distintos sistemas –

                                  · Ósteo-Muscular-Articular

                                  · Cardio-Circulatorio-Respiratorio

                                  · Nervioso-Central y Periférico

            – Conocimiento del cuerpo: Aumentar la competencia motora valorando las propias posibilidades y limitaciones con respecto a los demás y a nosotros mismos, mostrando interés por repetir los movimientos para corregirlos y superar dichos límites.

                                   · Aumento de las posibilidades – Respecto de uno mismo y de los demás

                                   · Disminución de las limitaciones – Respecto de uno mismo y de los demás

TÉCNICOS – GI

A través de los distintos niveles por los que avanzamos en el aprendizaje:

               Conocimiento: Tenemos que ver, o alguien nos deberá demostrar la técnicas a aprender.

               Comprensión: Entendiendo, a través de la explicación y mediante el análisis y síntesis de los conocido.

              Realización: Mediante el entreno, capacitar al cuerpo para la ejecución de lo comprendido. Desarrollando los fundamentos técnicos o puntos importantes en la ejecución de los distintos movimientos y técnicas de karate-do.

               Aplicación: Siendo capaces de transferir lo aprendido a las distintas situaciones reales. Mediante el entreno por parejas y en kumite.

                Expresión: A través de la vivencia, interiorizando las distintas sensaciones que van asociadas a cada movimiento.

El último objetivo técnico en el karate es la consecución del kime-waza, es decir, la consecución de la técnica que permita la realización del golpe definitivo, expresado en la frase «hikken hisatsu» matar de un solo golpe.

A diferencia de otras artes marciales, que basan su eficacia en la realización de gran número de golpes, la suma de los cuales, logra como resultado el fuera de combate del oponente (kempo), o aquellos otros en los que la eficacia queda limitada casi exclusivamente a la precisión, haciendo un trabajo exhaustivo sobre los puntos vitales (algunos estilos de kungfu).

El karate se muestra como un arte marcial en el que los principios técnicos están basados en la derrota del adversario tras un único y contundente ataque.

Considerando que las situaciones de combate impiden lograr alcanzar el objetivo de una manera directa, se pretende que la violencia del golpe, haga llegar sus efectos hasta los órganos débiles del adversario, afectando de esta manera a su entereza.

Como ya dijera Lao Tzu «Un combatiente experimentado se limita a descargar un golpe certero, no insiste en su ataque para que quede clara su maestría. Lanzará un golpe y se guardará de presumir de su éxito. Golpea por necesidad y no por deseo de sentirse superior».

MENTALES – SHIN

Valores morales y éticos

Los cuales se adquieren a través de la práctica constante y de actividades deportivas y competitivas; fomentando actitudes como disciplina, voluntad de esfuerzo, espíritu de sacrificio, respeto a las norma y al adversario, canalización de la violencia, autoestima y autoconfianza, compañerismo, tolerancia, humildad, paciencia, etc. Siendo la finalidad última el desarrollo de:

         Shumon-no-gyo (Estilo de vida) el cual debiera dirigir nuestras acciones, no sólo dentro del Dojo sino tener la capacidad de transferirlas a la vida cotidiana.

Actitud mental adecuada

En cada momento, problema o situación, entrenarnos para que, con la actitud correcta, poder reaccionar de la forma que nos resulte más convenientes y beneficiosa.

El ideal de todas aquellas artes marciales relacionadas de una u otra forma con el Zen es el de:

         – Mushin – no – kokoro (Espíritu puro y libre) – Mente receptiva, disponible y libre de intenciones predeterminadas. El cual llega a manifestarse después del entreno en:

                               · Mizu – no – kokoro (Espíritu como el agua tranquila) – La mente tranquila como la superficie de un lago que refleja claramente todo lo que le rodea sin énfasis en nada en particular.

                                 · Tsuki – no – kokoro (Espíritu tranquilo como la luna) – La actitud desapasionada hacia cualquier cosa, como la luna cuando brilla imparcialmente sobre todas las cosas siendo por tanto consciente de todo el paisaje en general y de los detalles.

          – Zanshin (Espíritu alerta) – Conservando la concentración más allá del fin de la realización.

          – Kimé (Espíritu de decisión) – Decisión física al realizar una acción y psíquica de voluntad por conseguirla. Logrando con el entreno aumentar los niveles de comunicación no verbal a través de:

           – I shin – de – shin – Comunicación no verbal. De espíritu a espíritu.

Conocimiento de sí mismo

Profundizando en el autoconocimiento a través de la valoración de nuestras propias posibilidades y limitaciones con respecto a los demás y a nosotros mismo, mejorando con ello nuestro auto concepto, la autoestima y el autocontrol lo que nos conducirá hacia la autorrealización.

SEIKAN DOJO
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